La magia es como una entidad multidimensional, un concepto tan vasto que toca todo. Y, por su propia naturaleza, la mayor parte de ella está escondida, en el dominio del misterio, eternamente perseguida por la mente inquisidora. No hay ningún sistema o modelo de magia absolutamente satisfactorio; como mucho, un libro sobre magia es una valoración de técnicas envueltas en un modelo creíble. Todos moldeamos a la bestia de acuerdo a lo decidido por nuestras obsesiones, y esto es exactamente lo que haré.
La magia es un arte delicado, con una tasa de bajo-éxito, al menos al principio. La motivación por ella no es habitual; generalmente, si pudiese hacer algo sin magia, lo haría. La magia amplía nuestras fronteras, otorga un sentido y una inteligencia a la vida, permite el desarrollo de nuestros propósitos.
Escogemos nuestros mundos todo el tiempo; afirmamos o negamos algún “hecho” muchas veces al día. Un mago es cuidadoso en la manera en que hace esto: es así como mantenemos unida nuestra realidad. Concientemente o no, estamos siempre escogiendo creencias. Nos contamos a nosotros mismos historias sobre cómo somos y cómo es el mundo en relación a nosotros.
Los magos del Caos usan cualquier sistema de creencias que permita o facilite la magia en un momento determinado. Generalmente, la creencia se irá gastando mientras el crítico dentro de uno mismo se aferra a sus defectos. Esto explica parcialmente el fenómeno de la suerte del principiante en la magia - cuando yo apenas empezaba a hacer hechicería, tuve una gran cadena de éxitos. De repente se acabó. Pasó un buen tiempo antes de darme cuenta que había dado con mi propia naïveté, y tuve que formular otra opción para salir con un nuevo sistema de creencias que pudiese reactivar mi hechicería.
Mientras nos hacemos más concientes de este proceso los efectos se vuelven más obvios, y somos forzados a escoger nuestras creencias cada vez más cuidadosamente. Aquí es cuando empezamos a tener fuertes opiniones acerca de a que meta-creencias aferrarnos, cuando empezamos a construir nuestra propia Caotopía. Este es también el punto en el cual se podría decir que entendemos los patrones de nuestra “voluntad real”. Nuestra propia gran mente/inconsciente, disfrazada de universo, nos presenta con limitaciones como la expuesta anteriormente. Estas crisis nos invitan a saltar fuera de nuestros marcos de referencia obsoletos para adoptar nuevos enfoques creativos.
Entre las hordas de definiciones de magia, las que más me atraen en el presente son: Las tecnologías de creencia orgánica. Éstas constituyen el fundamento de un modelo de actividad mágica muy generalizado y simplificado, que utiliza el concepto de creencia orgánica de Austin Spare, una creencia que ha sido implantada tan profundamente, que condiciona el mundo de uno de manera un tanto automática:
1) SELECCIÓN DEL OBJETIVO
2) GNOSIS
3) INSERCIÓN DE NUEVA CREENCIA (ORGÁNICA)
4) EFECTO DE LA CREENCIA ORGÁNICA EN LA REALIDAD COLECTIVA.
La selección cuidadosa y precisa de objetivos es de vital importancia, pero las técnicas para hacerlo existen en el ámbito de la psicología mundana - las técnicas de “resultados bien formados” y “pruebas de congruencia” se pueden encontrar en manuales de Programación Neuro-Lingüística. Ya hemos mencionado el estado de gnosis. La inserción de la nueva creencia en un nivel lo suficientemente profundo como para volverse “orgánica” es la parte complicada: se deben presentar a la mente las instrucciones para crear la nueva realidad que deseamos de manera que no entren en conflicto con las creencias que ya están en el inconsciente. La creencia se vuelve orgánica si se presenta a la mente inconsciente de manera congruente, insertada dentro de un paradigma atractivo. Una gnosis poderosa puede hacer añicos los lazos de la creencia, pero la magia puede ser saboteada por una resistencia inconsciente a las implicaciones de la nueva creencia, a menos que la mente haya sido preparada (como engrasada), por un cambio de paradigma más atractivo. Cuando apuntamos nuestros cambios de paradigma con sutil precisión, podemos encontrar que somos capaces de una acción mágica mucho más poderosa, o que es posible conseguir el mismo resultado con sólo la mitad de la tensión y el doble del placer. Para citar la frase de Spare, estamos haciendo nuestro propio “alineamiento sagrado”, asentándonos en el punto de la conciencia que hace la magia posible en ese momento. La resistencia inconciente es sin duda la causa más común del fracaso mágico. Esto hace de la selección de creencias un tema muy importante a la hora de habilitar o deshabilitar nuestra magia. Es también el área que da lugar a la mayor parte de controversias, por consiguiente la razón más interesante por la cual se siguen escribiendo libros sobre magia.
La magia es un arte delicado, con una tasa de bajo-éxito, al menos al principio. La motivación por ella no es habitual; generalmente, si pudiese hacer algo sin magia, lo haría. La magia amplía nuestras fronteras, otorga un sentido y una inteligencia a la vida, permite el desarrollo de nuestros propósitos.
Escogemos nuestros mundos todo el tiempo; afirmamos o negamos algún “hecho” muchas veces al día. Un mago es cuidadoso en la manera en que hace esto: es así como mantenemos unida nuestra realidad. Concientemente o no, estamos siempre escogiendo creencias. Nos contamos a nosotros mismos historias sobre cómo somos y cómo es el mundo en relación a nosotros.
Los magos del Caos usan cualquier sistema de creencias que permita o facilite la magia en un momento determinado. Generalmente, la creencia se irá gastando mientras el crítico dentro de uno mismo se aferra a sus defectos. Esto explica parcialmente el fenómeno de la suerte del principiante en la magia - cuando yo apenas empezaba a hacer hechicería, tuve una gran cadena de éxitos. De repente se acabó. Pasó un buen tiempo antes de darme cuenta que había dado con mi propia naïveté, y tuve que formular otra opción para salir con un nuevo sistema de creencias que pudiese reactivar mi hechicería.
Mientras nos hacemos más concientes de este proceso los efectos se vuelven más obvios, y somos forzados a escoger nuestras creencias cada vez más cuidadosamente. Aquí es cuando empezamos a tener fuertes opiniones acerca de a que meta-creencias aferrarnos, cuando empezamos a construir nuestra propia Caotopía. Este es también el punto en el cual se podría decir que entendemos los patrones de nuestra “voluntad real”. Nuestra propia gran mente/inconsciente, disfrazada de universo, nos presenta con limitaciones como la expuesta anteriormente. Estas crisis nos invitan a saltar fuera de nuestros marcos de referencia obsoletos para adoptar nuevos enfoques creativos.
Entre las hordas de definiciones de magia, las que más me atraen en el presente son: Las tecnologías de creencia orgánica. Éstas constituyen el fundamento de un modelo de actividad mágica muy generalizado y simplificado, que utiliza el concepto de creencia orgánica de Austin Spare, una creencia que ha sido implantada tan profundamente, que condiciona el mundo de uno de manera un tanto automática:
1) SELECCIÓN DEL OBJETIVO
2) GNOSIS
3) INSERCIÓN DE NUEVA CREENCIA (ORGÁNICA)
4) EFECTO DE LA CREENCIA ORGÁNICA EN LA REALIDAD COLECTIVA.
La selección cuidadosa y precisa de objetivos es de vital importancia, pero las técnicas para hacerlo existen en el ámbito de la psicología mundana - las técnicas de “resultados bien formados” y “pruebas de congruencia” se pueden encontrar en manuales de Programación Neuro-Lingüística. Ya hemos mencionado el estado de gnosis. La inserción de la nueva creencia en un nivel lo suficientemente profundo como para volverse “orgánica” es la parte complicada: se deben presentar a la mente las instrucciones para crear la nueva realidad que deseamos de manera que no entren en conflicto con las creencias que ya están en el inconsciente. La creencia se vuelve orgánica si se presenta a la mente inconsciente de manera congruente, insertada dentro de un paradigma atractivo. Una gnosis poderosa puede hacer añicos los lazos de la creencia, pero la magia puede ser saboteada por una resistencia inconsciente a las implicaciones de la nueva creencia, a menos que la mente haya sido preparada (como engrasada), por un cambio de paradigma más atractivo. Cuando apuntamos nuestros cambios de paradigma con sutil precisión, podemos encontrar que somos capaces de una acción mágica mucho más poderosa, o que es posible conseguir el mismo resultado con sólo la mitad de la tensión y el doble del placer. Para citar la frase de Spare, estamos haciendo nuestro propio “alineamiento sagrado”, asentándonos en el punto de la conciencia que hace la magia posible en ese momento. La resistencia inconciente es sin duda la causa más común del fracaso mágico. Esto hace de la selección de creencias un tema muy importante a la hora de habilitar o deshabilitar nuestra magia. Es también el área que da lugar a la mayor parte de controversias, por consiguiente la razón más interesante por la cual se siguen escribiendo libros sobre magia.